Perú atraviesa un momento clave para acelerar la incorporación de energía solar en su matriz energética. Desde la mirada de Juan Pedro Aramburu, Country Manager de Zelestra en Perú, el contexto actual ofrece una combinación única de factores que favorecen tanto la viabilidad técnica como financiera de nuevos proyectos: el avance de la tecnología de almacenamiento, el marco legal renovado y un ecosistema financiero estable y líquido.
“Se han alineado todos los incentivos y es un buen momento, donde hay madurez tecnológica, contexto financiero, crecimiento de demanda y cambio regulatorio”, manifestó Aramburu.
En su participación en el panel “Innovación tecnológica, eficiencia y almacenamiento para maximizar la competitividad del sector solar en la región Andina” en FES Perú, Aramburu puso especial énfasis en el rol estratégico que ha cobrado el almacenamiento. Considera que se trata del hito tecnológico más relevante del último tiempo, no solo por su eficiencia, sino también por su impacto en la integración renovable al sistema eléctrico.
“El almacenamiento permite el suministro de energías renovables intermitentes en más de un bloque durante el día. En un país con un recurso solar tan significativo como Perú, esta posibilidad resulta clave para mejorar la competitividad del sistema», agregó.
Además de ampliar la oferta horaria, el almacenamiento permite responder a una serie de necesidades operativas de la red, como la regulación primaria y secundaria de frecuencia, el control de voltaje, la compensación reactiva y la provisión de inercia sintética. “Esta tecnología responde a una necesidad de la red actual muy importante”, afirmó el ejecutivo, destacando que tanto los reguladores como los actores del mercado ya reconocen esta necesidad.
El avance tecnológico también se refleja en los costos. “Los precios de materiales bajaron como 40% del 2023 al 2024, y en 2025 han vuelto a bajar un porcentaje importante. Ahora estamos viendo que renovables con almacenamiento están siendo súper competitivas para aportar energía en varios bloques”, indicó.
Otro de los elementos centrales que, según Zelestra, explica el buen momento del sector solar peruano, es la reciente promulgación de la Ley 32249. Para Aramburu, esta normativa representa un catalizador de nuevas inversiones, en tanto habilita mecanismos clave como las licitaciones de largo plazo y la creación de un mercado de servicios complementarios. “Las licitaciones permitirán firmar contratos a largo plazo que apalanquen la construcción de nuevos proyectos y expandan la capacidad del sistema”, aseguró.
En particular, destacó que la posibilidad de contratar potencia y energía de forma independiente permitirá un diseño más eficiente de los contratos, adaptado a las características de las renovables.
Asimismo, el ejecutivo subrayó la necesidad de que el reglamento que actualmente desarrolla el Ministerio de Energía y Minas contemple un mercado para los servicios complementarios. “La participación del almacenamiento traerá estos servicios, y es importante que se habilite un mercado de oferta y demanda para que los participantes del sistema puedan acompañar la expansión de la oferta con estas soluciones”, planteó.
Más allá de la tecnología y la regulación, Aramburu invitó a mirar un tercer factor decisivo: el contexto financiero. A su juicio, muchas veces se pone el foco en el LCOE o los avances técnicos, pero se omite una dimensión clave: las condiciones de financiamiento. “Se conversa mucho sobre el CAPEX, pero la realidad es que un proyecto de renovables no tiene costo variable de combustible y toda la inversión va por adelantado. Son muy sensibles a las condiciones de financiamiento”, advirtió.
En este sentido, Perú ofrece ventajas estructurales. “Tenemos un país con grado de inversión, contratos indexados en dólares, y un contexto financiero líquido donde hay muchos actores que quieren financiar estos proyectos a largo plazo”, precisó. Para Zelestra, estos factores han sido determinantes a la hora de explicar los precios bajos de la energía solar que se observan en el país.
La empresa ya cuenta con experiencia en este tipo de procesos. Participó de las licitaciones RED de 2009-2010, que dieron lugar a varios desarrollos solares. Hoy, en un nuevo escenario normativo y tecnológico, retoma el impulso con nuevos proyectos. “Hemos construido el proyecto San Martín, de 300 MW, la planta solar más grande del Perú, y tenemos dos proyectos más que vienen de manera consecutiva”, anunció el directivo.
“Hoy es el momento correcto para llevar esta infraestructura al sistema”, concluyó Aramburu, señalando que, con tecnología madura, regulación en marcha y financiamiento disponible, el ecosistema solar peruano está preparado para dar el siguiente salto estructural.














