La nueva licitación de hasta 600 MW de capacidad renovable que impulsa el Gobierno dominicano introdujo un elemento inédito en el mercado caribeño: el almacenamiento BESS como componente obligatorio en los proyectos adjudicados. Esta exigencia representa un salto en términos de estabilidad del sistema y abre oportunidades de inversión con estructuras más complejas pero financieramente más sólidas.
“La nueva licitación ya exige almacenamiento BESS obligatorio. Eso permite estructurar APP que combinen PPAs con distribuidoras, contratos corporativos con grandes consumidores industriales y coinversión en infraestructura de transmisión con ETED”,explicó el CEO de Core Alliance, William Villalobos. El ejecutivo sostuvo que este modelo habilita esquemas de segunda generación, donde el sector privado aporta innovación y el Estado garantiza bancabilidad.
En cuanto al precio, Villalobos realizó una estimación tomando como referencia los datos históricos disponibles en la CNE. “Los precios de referencia históricos de la CNE colocan la solar entre US$72 y USD 104/MWh y la eólica entre USD 56 y USD 84/MWh”, indicó.
En los últimos años, la solar osciló entre USD 89 y USD 103/MWh, mientras que en zonas que requieren almacenamiento, los techos se acercaron a USD 118/MWh. Bajo ese contexto, el CEO proyectó que “los proyectos adjudicados pueden ubicarse en unos rangos de USD 90–120/MWh, dependiendo de la tecnología, la ubicación y el factor BESS”.
A pesar de ser una estimación preliminar, el consultor enfatizó que los valores proyectados son “competitivos frente a otros mercados caribeños”, aunque sujetos a múltiples variables técnicas y económicas.
Villalobos identificó tres variables clave que determinarán si los precios de adjudicación suben o bajan durante el proceso: financiamiento, cadena de suministro y requisitos regulatorios. “No hay duda de que las tasas globales elevan el costo de la deuda”, afirmó, en referencia a los impactos del financiamiento internacional. La inflación y los cuellos de botella logísticos también generan presión sobre los costos de componentes como paneles solares, transformadores y sistemas de baterías.
“El BESS aumenta el CAPEX, pero reduce el riesgo de curtailment y aporta valor sistémico”, sostuvo el CEO. Estas condiciones deben ser incluidas en el modelaje financiero de los oferentes. Adicionalmente, Villalobos subrayó que “el costo del dinero y la logística global pesarán mucho frente a cualquier otra variable en la estructura del precio en esta licitación”. Mencionó como ejemplo que en varios países “la saturación de puertos y cadenas de desalmacenaje está generando presión relevante”, lo cual también impacta en República Dominicana.
Frente a este entorno financiero desafiante, Villalobos consideró que los proyectos dominicanos aún mantienen alta bancabilidad, siempre que se estructuren adecuadamente.
“Hay mucha plata por parte de bancos de primer orden destinada a proyectos de renovables”, aseguró, aunque aclaró que la clave está en la confianza de las partes involucradas. Los elementos más valorados por los bancos e inversionistas internacionales, según detalló, son:
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PPAs sólidos con distribuidoras o grandes consumidores.
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Cuentas escrow y garantías claras de pago.
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Revenue stack diversificado, incluyendo energía, capacidad y servicios auxiliares.
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Coberturas de riesgo país, como seguros MIGA, hedges cambiarios y seguros políticos.
“La clave será una correcta estructuración de PPAs robustos, con garantías claras que junto a las condiciones país permitan una bancabilidad y confianza inversora”, resumió el directivo de Core Alliance.
Aunque reconoció avances, Villalobos propuso ajustes para fortalecer el proceso de adjudicación. “Me parece que la licitación de Manzanillo marcó un buen estándar de transparencia, y la emergencia de 400 MW en 2022 mostró capacidad de reacción rápida”, valoró. No obstante, consideró que aún hay espacio para perfeccionar el modelo actual.
“Pliegos más detallados y anticipados, plazos realistas que permitan estructurar ofertas sólidas, y mecanismos escalonados para filtrar calidad aumentarían la competencia y la confianza”, sugirió.
Para Villalobos, este tipo de mejoras atraerían “no solo más, sino mejores proyectos”, elevando el estándar del mercado dominicano en el contexto caribeño. “República Dominicana no discute si integra renovables, sino cómo gestionarlas”, planteó. En ese sentido, el nuevo enfoque regulatorio con BESS obligatorio, esquemas APP y mayor exigencia técnica, coloca al país en una posición privilegiada para consolidarse como hub energético regional con alto atractivo para el capital internacional.














