La acelerada expansión de la generación renovable, los desafíos de flexibilidad de la red y el marco regulatorio en transformación están abriendo espacio para tecnologías que hasta hace poco eran incipientes en el país.
“Colombia está frente a una oportunidad única para consolidar el almacenamiento como el eslabón que faltaba en la transición energética”, aseguró Freddy Mendoza Berdella, Senior Sales Manager Latam de Risen, frente al auditorio del Future Energy Summit (FES) Colombia. Allí presentó nuevas soluciones adaptadas al mercado colombiano, enfocadas en la confiabilidad, la eficiencia operativa y la digitalización de procesos.
Uno de los ejes centrales de esta innovación es la incorporación de inteligencia artificial diseñada para optimizar la comunicación entre los distintos actores de la cadena de valor.
Esta tecnología permite que desarrolladores, bancos y equipos técnicos compartan información «en su propio lenguaje», reduciendo tiempos de aprobación y mejorando la coordinación regulatoria.
El sistema identifica riesgos de garantías y condiciones crediticias antes de la fase de cierre financiero, lo que agiliza la toma de decisiones. «No queremos vender almacenamiento como una caja negra, sino ser agentes de cambio y entregar valor agregado», aclaró el referente.
Esto llega en un momento en el que el país se prepara para una nueva etapa en la integración de energías renovables, impulsada por la recién publicada a consulta el Proyecto de Resolución 701 103 de la CREG, que habilita cinco modelos de negocio para sistemas de almacenamiento en baterías: arbitraje de energía, regulación de frecuencia, control de voltaje, respaldo en arranque (black start) y servicios complementarios.
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En ese contexto, la compañía se vió “obligada” a trabajar en el desarrollo de un hardware preparado para operar bajo cada uno de los nuevos modelos de negocio, con el objetivo de ofrecer soluciones escalables que permitan a desarrolladores y operadores ingresar de forma eficiente al mercado de servicios energéticos.
El ejecutivo explicó que se ha estandarizado el uso de baterías con química LFP (litio-ferrofosfato), reconocidas por su estabilidad y seguridad térmica, capaces de alcanzar más de 6.000 ciclos de vida útil. Este rendimiento prolonga la vida de los activos y reduce el riesgo financiero para los inversores, alineándose con las exigencias de los proyectos de largo plazo.
La estrategia también incluye el fortalecimiento de su BMS (Battery Management System) y la integración de inversores inteligentes PCS, que funcionan como generadores virtuales y mejoran la estabilidad ante fluctuaciones de red. Estas innovaciones permiten aumentar la confiabilidad del suministro eléctrico y facilitan la integración de las renovables en el sistema interconectado nacional.
El mercado colombiano cuenta con una capacidad instalada de energías renovables cercana a los 1,3 GW y una cartera superior a 4 GW en trámite de conexión, según datos de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME). La incorporación de almacenamiento es clave para estabilizar la red y permitir la entrada de nueva generación no convencional, especialmente solar.
Risen busca aprovechar esa oportunidad con soluciones probadas en otros mercados. En 2024 la empresa completó un proyecto de 400 MWh en California, experiencia que ahora traslada a Latinoamérica mediante una base de datos de casos de éxito integrada a sistemas de IA.
Esta herramienta permite a los equipos locales acceder a información técnica y operativa en tiempo real, optimizando los procesos de instalación y mantenimiento.
Para Mendoza Berdella, “el futuro del sector estará marcado por la consolidación de nuevos modelos de negocio y la madurez regulatoria” y destacó que la combinación entre hardware robusto, digitalización y acceso a financiamiento hará de 2026 un año de oportunidades para el almacenamiento y la generación distribuida.













